El boicot a ‘Alternative Right’ y el doble estándar de la libertad de expresión de Google

Francisco Albanese

At the end of a dream
If you know where I mean
When the mist just starts to clear.

— Rainbow, «Long Live Rock ‘n’ Roll.»

Gracias a Google, Alternative Right: The Founding Site of the Alt-Right ha vuelto en su tercera versión, y esperemos que esta vez sea Bigger, Longer & Uncut.

Luego de que Alternative Right emprendiera un nuevo camino separado de Radix Journal y Richard Spencer, a fines de 2013, esta vez con Colin Liddell y Andy Nowicki a la cabeza del proyecto, el sitio publicó una cantidad abrumadora de artículos durante más de 3 años, con la acostumbrada desfachatez y acidez que caracterizaba a sus escritores. Posterior a la marcha ‘Unite The Right’ en Charlottesville y el escándalo suscitado a causa de ésta y la violenta intolerancia antifascista –obsesionada con encontrar nazifascistas en todo lo que no sienta como parte de su particular visión de la Izquierda–, lo que incluyó disturbios, heridos, violencia callejera y muertos, varias empresas decidieron boicotear todo lo que pudiera tener relación con dicha marcha. Así, varios individuos sufrieron la cancelación de sus cuentas en servicios como Airbnb, Google, PayPal, Patreon, Uber, Facebook, YouTube, Apple, Spotify, etc., siendo una de las pérdidas más lamentables el cierre definitivo y sin aviso del sitio de Alternative Right alojado en Blogger, perdiéndose –probablemente– la totalidad de los artículos que se escribieron durante más de tres años (incluyendo varios de mi autoría), además de los comentarios que muchas veces eran tan contundentes como los artículos, justo cuando el sitio ya había alcanzado las 7 millones de visitas, nada mal para un sitio no apegado a la política mainstream.

En realidad, cada sitio es libre de hospedar a quien estime conveniente, y que alguien no refleje las ideas que dichos sitios quieren que reflejen puede ser motivo de censura. Sin embargo, esto es una muestra del tipo de ‘libre expresión’ que dichos sitios dicen defender como paladines de la libertad, asemejándose sospechosamente a la persecución y censura emprendidas por instituciones como la Gestapo o la KGB que a las instituciones supuestamente democráticas que aspiran a ser. No sólo se persiguen acciones, sino también las ideas que no abracen el Igualitarismo, la interseccionalidad y los ataques vulgares a los ‘enemigos de la tolerancia’.

Una cantidad de escritos suficientes para llenar varios libros se perdió para siempre por el pánico políticamente correcto de Google y, si bien esto sea lamentable, lo cierto es que no será necesario tanto tiempo para volver a producir una cantidad mayor de material con la calidad de siempre. Y todo esto sin necesidad de tener el respaldo de los medios, ni la academia, ni los artistas ni las masas igualitaristas histéricas. ¿Cuál es la victoria para Google, entonces, sino demostrar ser una empresa antidemocrática, servil, rastrera y funcional a la psicología del Izquierdismo?

Alternative Right is dead — Long Live Alternative Right!

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